" data-original-title="" title="">Melody Gardot es carne de escenario. Es pura potencia e intensidad. Es consciente de todo eso, y act��a en consecuencia. Tiene un control absoluto de lo que pasa en el escenario y la proyecci��n hacia el p��blico, al que controla desde el primer minuto. Un p��blico entregado previamente. La mayor��a ya conoce a esta bestia esc��nica de Nueva Jersey y todos tienen ganas de formar parte de una noche especial.

Frente a una escenograf��a llena de grandes cajas y sacas, simulando quiz��s un ambiente portuario cinematogr��fico, Gardot, apoyada en su inseparable bast��n y tras sus omnipresentes gafas oscuras, se planta en el centro del escenario y sin mediar palabra arranca con "No More My Lord" que canta a cappella, desnuda, con s��lo el tino de sus abalorios y siguiendo el ritmo con un tac��n de v��rtigo.

Fue la primera de las demostraciones vocales de Melody Gardot. Una voz impresionante que gana fuerza y presencia a lo largo de la hora y media que dura la actuaci��n. Con precisi��n profesional, la lista de canciones provoca, o eso pretende, un viaje por diversas latitudes c��lidas para arropar al p��blico y hacerlo vibrar. Su ultimo disco, The Absence (Universal, 2012), se centra en explorar las m��sicas populares brasile?as, y as�� lo demostr�� durante su actuaci��n en el 44 Voll-Damm Festival Internacional de Jazz Barcelona. Gardot se acompa?a por una banda grande, potente y contundente, pero quiz�� demasiado expresiva y colorista. Una banda dispuesta a demostrar su protagonismo, con ganas de destacar. Un sonido estandarizado, sonido de estudio, amplificado al m��ximo, sin espacio para los matices y los detalles que m��s de uno hubiera agradecido. Gardot se viste para gustar a todos los p��blicos. A los m��s mel��manos y a los m��s outsiders. Es una estrella del circo del jazz y as�� se reivindica.

Su viaje por ritmos y estilos populares pasea por brasil con "Mira," visita Argentina con un tango y fusiona la canci��n francesa con los ritmos latinos en "Les ?toiles." Obligado homenaje a Lisboa y una serie de sus propios cl��sicos como "Baby I'm A Fool" y como gran final la magnifica, colorista, intima, exuberante, potente, c��lida, redonda, brillante y efectista "Summertime." El resumen perfecto de su actuaci��n.

Gardot es capaz de hacer vibrar, bailar y reflexionar al p��blico en s��lo una hora y media. Es magn��fica y grande. Es efectista y f��cil. Es futuro con esencia cl��sica. Tambi��n es una mezcla de sonidos, y una sensaci��n de poca definici��n en lo que quiere ser de mayor. De momento lo abarca todo, el p��blico lo agradece, y el futuro dir�� si define una linea art��stica o si su eclecticismo de m��sicas del mundo ser�� su pasaporte para la historia.

Fotograf��a: Lorenzo di Nozzi